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viernes, 7 de octubre de 2016

LAS QUINIELAS Y MI ABUELO




LAS QUINIELAS Y MI ABUELO.-

- Hola abuelo, ¿Puedo pasar?.

Una mirada con las gafas algo bajadas sobre la nariz. Mueve la cabeza asintiendo.
Entro y camino hacia él y me quedo observando las cosas que hay sobre la mesa. La luz brillante del flexo es fuerte y cierro algo los ojos. Muchos lápices, bolígrafos y varios cuadernos abiertos. Mi abuelo utiliza una regla transparente y marca líneas entrecruzadas en ellos.

¿Qué haces?.

Otra mirada con poco interés.

- ¿Qué quieres?.
- Estar un rato contigo.
- Ahora estoy ocupado.

Silencio.

- Quedan bien esos dibujos en los cuadernos.
- No son dibujos.
- Entonces, ¿Qué estas haciendo?.
- Preparo los cuadros de la quiniela.
- ¿Para qué?.
- Para marcar luego el 1, el 2 o la X.
- ¿Eso para que sirve?.
- Para controlar los resultados.
- Ya.

Silencio.

- Se esta bien aquí.

Mirada incrédula.

- ¿Tu crees?.
- Si.
- Hace algo de calor. La calefacción esta muy fuerte.
- Es verdad.

Mirada interrogante.

- ¿No vas muy abrigado con esa chaqueta?.
- Iba a salir a la calle.
- Hace mucho calor para llevar eso.

Mi abuelo habla sin dejar de marcar con la regla las líneas en el cuaderno.

- Esa se te ha torcido.
- Ya lo veo. Me estas desconcentrando. Te he dicho que estoy ocupado.
- Ya.
- ¿No te ibas a la calle?.
- Si.

Observo con curiosidad el cuaderno.

- ¿Puedo ayudarte?.
- No.
- Vaya.
- ¿No te vas a la calle?.
- Si, pero mama se esta vistiendo.
- Pues...si que tarda.
- Un poco.

Cojo uno de los lápices y él me observa.

- Deja eso.

Lo suelto con lentitud.

- Luego, si quieres, leemos un rato.
- Me gustaría dibujar contigo. Esos cuadros quedan muy bien. ¿Sirven en realidad para algo?.

Mirada perpleja.

- Ya te he dicho para que sirven y no estoy dibujando. Para lo que quiero hacer si me sirven.
- Ya.

Vuelvo a coger el lápiz. Mi abuelo me mira.

Dejo en la mesa el lápiz de nuevo. No ha hecho falta que me diga nada. Con su mirada ha sido suficiente.

- Con esas gafas tienes los ojos muy grandes.
- ¿Tu crees?.
- Si. Muy grandes.
- Más se me pondrán cuando me toque la quiniela.
- ¿Si?.
- Ya verás.
- Entonces no comprendo porque dibujas eso.
- ¿Porqué?.
- Si te tocan las quinielas vas a tener unos ojos enormes y se te romperán las gafas. Además estarás muy feo.

Sonrisa.

- Es una metáfora.
- ¿Qué es eso?.

Mirada paciente.

- Una metáfora es una forma de decir algo para decir otra cosa.
- Eso es muy complicado.
- Me imagino que para ti lo será.

Mi abuelo se gira en el asiento con un bolígrafo en la mano.

- Mira este bolígrafo, lo puedo llamar así, bolígrafo o marcador de ilusiones.
- Entonces, ¿Por qué lo llamas bolígrafo?.
- Quiero decir, que con este bolígrafo hago cuadros con la ilusión de que algunos de los resultados de la quiniela coincidan, por eso, además de un bolígrafo es, para mí, un marcador de ilusiones, porque...tengo la ilusión de que me toque. ¿Entiendes?.
- No. Pero suena bien. Marcador de ilusiones.

Entra mi madre con el bolso en el brazo y me dice:

- ¿Qué haces?. Te estoy esperando.
- Mama, cuando bajemos a la calle, quiero que me compres varios marcadores de ilusiones. Tengo que dibujar cuadros.

Ambos se miran.

- No entendéis nada.

Salgo de la habitación con las manos en los bolsillos. Mi madre me sigue en silencio.


Jesús Benítez
Oc. 16