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sábado, 7 de marzo de 2015

¡IMPRESIONANTE Y REAL A LA VEZ!








¡IMPRESIONANTE Y REAL A LA VEZ!.

Esta mañana me he levantado algo dolorido. El costado izquierdo me molestaba y me molesta, sin embargo, se me ha pasado casi del todo al ver el día. Luminoso, colorido, imponente. Un día de primavera. Me han entrado ganas de correr, de saltar, de hacer una larga caminata, pero…el dolor del costado me ha recordado que muchas veces la mente y el alma, no van cogidos de la mano del cuerpo. El cuerpo va por otro camino y la mente y el alma tienen que mirar el viaje como un niño lo hace desde el interior de un coche, a través de las ventanas, viendo pasar el paisaje deprisa, reteniendo muchos detalles, pero dejando pasar otros. En éste caso, la mente y el alma se han quedado con sus narices pegadas a los cristales, mirando como el paisaje, brillante y con muchos colores, pasa rápido, muy rápido.
A pesar de los pesares, el día es muy hermoso. En la ventana de mi despacho tengo un pequeño naranjo plantado en una maceta. No puedo describir sus colores, verdes y naranjas intensos. Si un naranjo, oprimido en una pequeña maceta, es capaz de crear tantas naranjas pequeñas, yo puedo ver el día con el mismo entusiasmo que la luz en un día como hoy. Las cuento, una, dos, tres….más de quince naranjas, de un color intenso, que se mueven con el ligero impulso de la brisa en mi ventana, junto a las verdes hojas, que están tan vivas que parecen transparentes. Redondas pero alargadas. ¡Qué belleza!. Si un naranjo, nada menos, vive con esa intensidad en una maceta, me va a limitar a mí un dolor de costado. ¡No!. No me siento oprimido, la ventana que tengo frente a mí, es como una puerta abierta hacia las grandes extensiones de mi mente y de mi alma, trasciende los cristales del coche imaginado y no percibo en mi nariz la frialdad de ellos. Veo el paisaje y no solo lo observo, sino que me elevo sobre él, no se escapa de mi mirada, sino que desde las alturas puedo dominar todo lo que es y hasta dónde puede llegar. Me siento libre, si, porque un día como hoy, con ésta luz, es para eso, para sentirse así, libre. Aunque sepas que es mentira. Da lo mismo, lo importante es sentirse así. El brillo de las cosas, el contraste de los blancos y las sombras, son para eso, para ser y sentirse como uno quiera. Luego, más tarde, puede que las cosas sean de otro modo, pero ahora, en este instante, frente a mi ventana, ante mi pequeño naranjo, el día es increíblemente atractivo y cada segundo es como la gota fresca del arroyo más dulce, con los reflejos más imposibles. ¡Impresionante y real a la vez!.

JB

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