SILENCIO

Que silencio. No escucho nada. En el mar, bajo las aguas, el sonido era mayor. ¡Que calor!. El silencio es tan grande que no cabe por la puerta. Por eso no se marcha. Tanto tiempo ha pasado que, ha engordado y ahora, ocupa mucho espacio y, no se marcha. Que silencio. Sigo sin escuchar nada. Solo, quizá, mis propios fluidos, que se mueven sin mi voluntad, como respiro. ¡Que calor!. El silencio ha empezado a romperse, en mil pedazos. Esta repartido junto a mi, en todas partes, hasta que pase el sonido. Se escucha alejarse el ruido y todas sus partes, sus miembros han vuelto. Me siento. Lo deseo. Que sosiego. Jesús Benítez 2019